miércoles, 5 de marzo de 2014

Imagine Dragons - Monster (Lyrics on Screen) (+lista de reproducción)





Como saben, la educación no se trata solamente de transmitir conocimientos o un proceso que se de sí y sólo sí se cuenta con el otro (aunque en su mayoría es así), también se trata de AUTOEDUCARNOS. Por este concepto me refiero precisamente a la capacidad que tenemos todos os seres humanos de absorber e interiorizar todo lo que aprendemos y ponerlo en práctica para poder así transformar nuestra propia personalidad y ser capaces de controlar y manejar adecuadamente nuestras pasiones y no llegar a sentirnos culpables por lo que podamos llegar a ser de no haber podido controlar nuestra propia "naturalza". 

jueves, 20 de diciembre de 2012

LA FORMACIÓN Y LA AUTOFORMACIÓN


Si pensamos en el hecho de que el objetivo principal de la educación es la integración del individuo a la sociedad,, y en ese sentido, la educación requiere de diversos elementos para llevarse a cabo; por ejemplo, la educación requiere de un ambiente propicio para lograr que los “nuevos miembros de la sociedad”(los niños) puedan crecer de una manera sana y con las condiciones necesarias que más tarde lo llevarán a convertirse en un hombre o en una mujer que sean útiles y cooperen en el desarrollo de la sociedad.

Al hablar de educación, sería preciso que tomemos en cuenta que no sólo se trata de la transmisión de conocimientos y el desarrollo de habilidades para que el niño y el joven puedan ser parte de un proceso de producción, en el que se  busca cubrir las necesidades básicas de una sociedad, habría que pensar también en la formación, pero no solamente como aquella que nos hará vivir en armonía con los demás, sino en aquella que a mi parecer, nos proporcionará las herramientas con las que más tarde construiremos nuestro propio criterio, con el cual, estaremos en posibilidad de distinguir lo que nos es útil y lo que nos satisface como personas de lo que pudiera influenciarnos a ser “simples esclavos de la voluntad de otros”.

Desde el punto de vista de muchos educadores, la educación y la formación son dos cosas que están estrechamente ligados. Para facilitar la comprensión de estos dos conceptos, tomaré en cuenta la concepción de Gadamer, quien decía al respecto de la educación lo siguiente:

 

“Gadamer evita deliberadamente enfrentar “los problemas entre la juventud, sus preceptores, maestros y padres”. Es decir, los problemas cotidianos

que ocupan y han de enfrentar todo tipo de educadores.

Ello encuentra su justificación en lo que implica la tesis misma: que uno se educa a si mismo significa que el llamado educador participa sólo con una modesta contribución”[1].

 

Ahora bien, si tomamos en cuenta este concepto, de que la educación es una labor en la que el educador sólo tiene una pequeña participación dentro de la educación de los individuos y que ésta es un proceso en el que uno se educa a si mismo, entonces estaríamos diciendo en el caso de la formación, que nadie puede formar a otra persona, puesto que cada persona de acuerdo a su entorno y a la interacción que tiene con los demás, forma su propia percepción del mundo, única y que definitivamente si necesita de la ayuda del educador para poder llegar a obtener las herramientas que lo harán integrarse a la sociedad, pero que no lo harán  “a imagen y semejanza del otro”.

Gadamer además, nos explica que la formación esta estrechamente vinculado a las ideas de enseñanza, aprendizaje y competencia personal; significa también la cultura que posee una persona como resultado de su formación en los contenidos de la tradición de su entorno. Se refiere tanto al proceso por el que se adquiere la cultura como al patrimonio personal del hombre culto (también llamada” educación  liberal”), es decir, al conjunto de sus experiencias de aprendizaje[2]. Con esta explicación del concepto de formación, nos es posible llegar a la conclusión de que la formación del sujeto (hombres y mujeres) es un asunto personal y que, mediante el proceso de educación, con la ayuda de padres y maestros, el niño o el joven son capaces de desarrollar sus habilidades y sus ideas y conceptos sobre lo que le rodea, además de permitirle convivir con los otros de manera sana y respetuosa, así como alcanzar su identidad y finalmente llegar a obtener su libertad. Otro de los puntos importantes acerca del pensamiento de Gadamer, es que dice que no es posible llegar a formar, la formación es un trabajo reflexivo, en el cual el individuo debe apropiarse de lo que el educador le ofrece, y en tal caso, debe reflexionar sobre ello.

Por otro lado, y entrando en el terreno de la pedagogía, G. Ferry nos habla de que “el trabajo de educador, consiste en tener una gran paciencia. Sus resultados, por mucho que se puedan constatar, se aprecian a largo plazo y se valoran de acuerdo con criterios discutibles que a la vez son testimonio de efectos con frecuencia paradójicos…[3]

Con lo anterior, lo que Ferry nos indica, es que no es fácil para el educador intervenir en el pensamiento y los conocimientos de otra persona, ya que se requiere de mucha paciencia para poder no cambiar lo que ya se tiene, sino “moldear” ese conocimiento y darle la oportunidad a la persona de que reflexione acerca de él y pueda enriquecer lo que ya sabe e integrarlo a su vida. Por otro lado, menciona que el trabajo del educador en muchas ocasiones, quizá no se aprecia como debería, pues los resultados de su labor no se reflejan de inmediato, sino que tal vez después de varios años o con la acumulación de experiencias por parte del individuo, es cuando puede comenzar a dar muestras de algún entendimiento anterior, pero esto se lograría como dice Gadamer después de haber pasado por un trabajo reflexivo.

No es de extrañar que en la mayoría de las veces, la labor de la pedagogía sea cuestionada al igual que muchas otras ciencias, y es que desde mi punto de vista al no ser una disciplina que genere resultados inmediatos en los alumnos, me parece que muchas veces es descalificada al igual que otras ciencias sociales, pero sin embargo, la pedagogía junto con otras ciencias sociales es de las ciencias que mayor valor tienen en cuanto a su labor reflexiva más que teórica.

Continuando con nuestro tema, Ferry  hace referencia en el texto a Gaston Mialeret al citar lo siguiente:

 

“se trata claramente en ello de una pedagogía experimentadle carácter científico que produce por la vía de la experimentación cuidadosamente estudiada, y por encuestas conducidas objetivamente relacionadas  con los problemas de la pedagogía y de la enseñanza, susceptibles  de ser medidas y controladas con exactitud cuando se recurre a los métodos de las ciencias y, en particular, a la estadística”[4].

 

Con respecto a lo anterior, si bien es cierto que no todos los individuos somos iguales, es posible reconocer ciertas similitudes en nosotros, que pueden posibilitar la intervención de la estadística como método de la investigación científica y, de esa manera, puede permitir la medición y el control en ciertos procesos de la educación.

En otro orden de ideas y continuando con el asunto de la formación, Ferry coincide con Gadamer al afirmar que ésta es un trabajo sobre sí mismo, así mismo, insinúa que la formación tiene que ver con la conquista del ser humano sobre sí mismo, es decir, que sea capaz de apropiarse de sus objetivos, sus acciones y su conducta, y de esa manera, podrá contribuir en el desarrollo de la sociedad, y no sólo eso, sino que además podrá reconocer el valor de los demás y el de sí mismos.

El concepto de formación tal y como lo describieron Gadamer y Ferry, a la larga y luego de lograr el control sobre nuestra forma de actuar, pensar, etc., nos llevan a pensar en el concepto de la autoformación, la cual es descrita por teresa Yurén y sus colegas como un proceso que puede darse dentro de diversas asociaciones (socioeducativas, políticas, religiosas, etc. ) puesto que como nos vuelve a mencionar Gadamer La educación acontece como un proceso recíproco natural que “cada cual acepta siempre cordialmente procurando entenderse con los demás”. Quien escucha al otro escucha a alguien

que tiene su propio horizonte.13 Sólo al escuchar al otro se abre el verdadero camino para vivir la solidaridad[5]. Esta última idea, me deja pensar que la formación no es un asunto que se pueda dar de forma individual (o por lo menos no como se verá más adelante) , más bien se trata de un proceso continuo, en el que todos (la sociedad en su conjunto) intervenimos al compartir elementos tales como la cultura, las artes, etc. Como ya se ha argumentado, la formación requiere una ardua labor reflexiva, y por lo tanto responsable; la autora en este punto, nos dice que al obtener esta actitud reflexiva, “el sujeto no halla su fin y su misión en el sistema tranquilo y ordenado… su justificación está… en el mundo presente que es una cáscara que encierra algo distinto; es un individuo; es un individuo insatisfecho, inquieto, capaz de renunciar a la cultura y a las instituciones dadas, así como a las verdades ya acabadas, para iniciar su formación en una nueva etapa”[6]. Esto nos indica una vez más que esría indispensable para la formación de todo ser humano, que durante todo el proceso de la educación y principalmente en la sociedad en la que nos desenvolvemos, contar con los elementos que nos puedan ayudar a formarnos un criterio que nos haga reflexionar y tomar sólo aquello que nos beneficia realmente, y que nos de la posibilidad de distinguirnos de los demás.

Pr últiomo y para cerrar este ensayo, me gustaría citar un fragmento del artículo Psicología de las masas (S. Freud, 1912) y el cual nos habla de que a pesar de que somos seres individuales, siempre estaremos hablando de una sociedad:

 

 

“La oposición entre psicología individual y psicología social o colectiva, que a primera

vista puede parecernos muy profunda, pierde gran parte de su significación en cuanto la

sometemos a un más detenido examen. La psicología individual se concreta,

ciertamente, al hombre aislado e investiga los caminos por los que el mismo intenta

alcanzar la satisfacción de sus instintos, pero sólo muy pocas veces y bajo determinadas

condiciones excepcionales, le es dado prescindir de las relaciones del individuo con sus

semejantes. En la vida anímica individual, aparece integrado siempre, efectivamente, «el

otro», como modelo, objeto, auxiliar o adversario, y de este modo, la psicología

individual es al mismo tiempo y desde un principio, psicología social, en un sentido

amplio, pero plenamente justificado”[7].

 

 



[1] Gadamer, Hans G.  Conversar para aprender. Gadamer y la educación. p 12 http://portal.iteso.mx/portal/page/portal/Sinectica/Historico/Numeros_anteriores05/023/23%20Luis%20Armando%20Aguilar-Mapas.pdf
[2] Ibíd. p 12
[3] Ferry, G.  Discurso teórico práctico de la pedagogía. P. 17.
[4] Mialeret, Gaston en Ferry, G. Discurso teórico práctico de la pedagogía. P. 27
[5] Gadamer, Hans G.  Conversar para aprender. Gadamer y la educación. p 13 http://portal.iteso.mx/portal/page/portal/Sinectica/Historico/Numeros_anteriores05/023/23%20Luis%20Armando%20Aguilar-Mapas.pdf
[6] Castañeda, Adelina. Navia, Cecilia. Yurén, Teresa. Formación, distancias y subjetividades: nuevos retos de la formación en la globalización. pp. 159- 161
[7] Freud,Sismund. Psicología de las masas. P. 1. 1912.

EL ARTE DE VIVIR FILOSOFANDO


Probablemente para muchos, las siguientes palabras sean sólo palabras que se dicen al viento, pero quizá otros se pregunten el por qué del título que acompaña estas líneas. La respuesta parecería ser clara para aquellos que conocen el significado propiamente dicho de la palabra filosofía ('amor por la sabiduría'), pero los motivos que aquí pretendo exponer, van más allá del simple amor a la sabiduría; la clase de amor que busco expresar aquí, no es tanto un amor por el conocimiento, tiene más bien que ver con un amor hacia la vida misma y hacia todo lo que la viste como la amiga que ésta ahí con nosotros de forma incondicional, esperando el momento de vernos reír y cantar junto a ella.

Contemplar la vida, es como ver un abismo tan profundo como el mismo Universo; así de larga, resulta la búsqueda por tratar de descubrir al hombre, al igual que todas las cosas importantes de la vida. Igualmente, el filosofar es contemplar todo un abanico de ideas y de pensamientos cuyo tesoro probablemente sea aproximarnos un poco a la verdad o por lo menos, a conocernos a nosotros mismos. Tal vez para encontrarnos, no sea necesario hacer un viaje como el de Zaratustra, pero quizá si sea necesario retornar una y otra vez a analizar diversas situaciones y hacer un alto para poder comprenderlas y entender la relación que pudieran tener con nosotros.

¿Qué significa vivir?, ¿cuál es el sentido de la vida?, ¿porqué valdría la pena seguir viviendo? Estas entre tantas otras, son algunas de las preguntas que nos hacemos a lo largo de la vida, sin llegar nunca a una respuesta concreta. Definitivamente, yo tampoco podría llegar a dar una respuesta concreta o siquiera que se acerque sólo un poco a la verdad, así como tampoco puedo llegar a explicar cómo funciona el amor; lo que no se puede negar es que todos sin excepción alguna, buscamos lo que Nietzsche llama el superhombre o dicho de otra forma, el hombre que busca superarse a sí mismo, de tal manera que llegue a conseguir aquello que Sócrates llama un ser virtuoso.

Querer definir al hombre en una o unas cuantas palabras, no bastarían para definirlo. Un posible comienzo, puede ser el considerar que desde que fue “puesto en la tierra”, el destino del hombre ha sido colocado “bajo los signos de la desesperación, la sanción y el castigo[a]”. Por supuesto, tomando en cuenta el argumento anterior, podemos observar claramente que  el considerar así la condición humana, nos ha privado del poder compartir y disfrutar del mundo en compañía de los otros y, nos ha sumido en un individualismo que además nos ha apartado de todo aquello que consideramos superfluo o que por ser tan mencionado, pierde sentido ante nosotros y que, en realidad, posee una exquisitez y una belleza que sólo se revela a los seres humanos a través de un continuo proceso al cual damos el nombre de filosofía.

¿Cómo empezamos nuestra actividad filosófica?¿Por dónde comenzar a buscar? Ciertamente, aunque es complicado ofrecer una respuesta para estos interrogantes, sí nos es posible aceptar la idea de Rousseau que nos dice que: “Nacemos débiles, necesitamos ser fuertes, y al nacer carecemos de todo y se nos debe proteger; nacemos torpes y nos es esencial conseguir la inteligencia. Todo esto de que carecemos al nacer, se nos ha dado por medio de la educación[b]”. Sin embargo, a pesar de que la afirmación anterior es completamente cierta, también es importante decir que desde el momento que llegamos al mundo, comenzamos a experimentar toda una serie de sensaciones y experiencias mediante las cuales iniciamos nuestro conocimiento del mundo y que, mientras todo esto se nos va revelando, vamos construyendo nuestra propia perspectiva de dicho mundo y por ende, es así como se inicia nuestra actividad filosófica de manera inconsciente.  

Ahora bien, me parece importante que tomemos en cuenta que aunque filosofía y educación son dos disciplinas completamente separadas, también están estrechamente unidas, puesto que desde mi punto de vista, toda nuestra actividad filosófica así como nuestra educación, comienza desde nuestra más temprana infancia, cuando comenzamos a experimentar nuestros primeros contactos con el mundo físico. Sin embargo, algunas veces, el mundo físico (de las cosas y de los hombres), se opone a lo que dicta la naturaleza, es por eso que todo conocimiento cualquiera que éste sea, debe comenzar por seguir un orden natural, es decir, debemos empezar por “cuidar y proteger”  a aquel a quien deseamos educar y, sembrar en el un apego tal a la vida y a los seres que le rodean, que sus acciones y sus modales para con él y con los demás, se convierta en un hábito.  

Por otro lado, también es importante tener en cuenta que “el hombre es un ser de relaciones y no sólo de contactos, no sólo está en el mundo sino está con el mundo[c]”. Detengámonos un poco aquí para reflexionar un momento sobre este punto; si todos estamos siempre rodeados de gente, y nosotros mismos influimos en esas personas y viceversa, entonces podríamos decir que todos formamos parte del proceso educativo – hablando de educación –, y al mismo tiempo, también nos encontramos en una permanente actividad filosófica, ya que los otros, van “dejando” en nosotros pensamientos e ideas que nos hacen reflexionar e ir cambiando nuestra propia forma de ver y actuar en el mundo.

Por supuesto, también es preciso decir, que el ser humano, a mi gusto, posee una magnificencia tal, que puede ser dueño de la pasión más egoísta o de la virtud más pura. Sin duda, la filosofía requiere de paciencia y de constancia, es por eso, que así como la fe, el conocimiento, etc., no es un camino fácil de recorrer, y menos al tratarse de una ciencia como ésta, que se nutre día a día de la reflexión y que, así como las pasiones, resulta un “juego que hace trampa” y que, al igual que en el mito de Sísifo, se empeña en hacer caer nuestros esfuerzos una y otra vez, obligándonos a volver a construirlos, pero ahora con bases nuevas y más fuertes. Acaso pudiéramos pensar que una vida así puede resultar insatisfactoria o demasiado dolorosa pero, lo cierto es, que a mi modo de ver, un dolor así puede convertirse en el mejor de los manjares sobre la tierra.

El acto de filosofar requiere de disciplina, del dominio de las pasiones y del conocimiento de nosotros mismos, es por eso que Kant nos dice que: “la disciplina impide que el hombre, llevado por sus impulsos animales, se aparte de su destino, de la humanidad[d]”.  Personalmente, concuerdo con Kant en que el destino del hombre es la humanidad, y lo que él entiende por animalidad, yo lo interpreto como las pasiones y los impulsos que tiene el hombre “por naturaleza, y los cuales, desde mi punto de vista, si no son controlados nos pueden llevar a cometer algún acto del que nos podamos arrepentir más adelante y que puede llegar a “corromper el alma y degradar el espíritu” hasta del más virtuoso de los hombres o como dice Rousseau: “todas las pasiones son buenas mientras uno es dueño de ellas, y todas son malas cuando nos esclavizan[e]”.

 Ahora bien, en uno de los primeros párrafos del ensayo, se menciona que el destino del hombre se encuentra bajo los signos de la desesperación, y esto, bien podría justificar la idea de que el hombre pueda creer en un ser Supremo, cuya creencia le brinda una cierta tranquilidad ante la incertidumbre en la que vive.

De acuerdo con algunos de nuestros filósofos tales como Nietzsche y Sartre, niegan o dudan la existencia de este Dios o Ser Supremo y Absoluto, el primero argumentando que “Dios ha muerto” y el segundo, argumentando que si existiera un Dios perfecto, entonces no nos tendría sumidos en la incertidumbre. Ante tales argumentos, realmente no tengo mucho que argumentar, aunque la primera frase (“Dios ha muerto”), me parece tan cruelmente cierta que me deja profundamente entristecida al pensar que el hombre se ha corrompido a tal grado de haber hecho a un lado a Dios; la afirmación de Sartre, aunque sigue el mismo camino que la de Nietzsche, me parece definitivamente menos radical y, creo que tiene razón al decir que “la existencia precede a la esencia”, puesto que para poder llegar a ser alguien, el individuo primero debe de existir, así pues, se niega la existencia de Dios. De esta manera, el hombre viene a ser el dueño de su propio destino y de lo que quiere llegar a ser; por supuesto, que tampoco creo que sea válido decir que el hombre se encuentra aislado o desamparado como dicen algunos, sino que se encuentra estrechamente ligado a los demás hombres, que lo “protegen” y que se contemplan unos a otros como en un espejo, mirando todas las posibilidades y todos los modelos de hombre en el que pueden llegar a convertirse, de ahí que Sartre diga que “al elegirse, elige a todos los hombres[f]”.

 

 

 

 



[a] Onfray, Michel.  “Teoría del cuerpo enamorado: Por una erótica solar”. Pág. 52.
[b] Rousseau, J. Jaques. “Emilio o de la educación”.  Pág. 7.
[c] Freire, Paulo. “la educación como práctica de la libertad”. P. 28.
[d] Kant, Emmanuel. “Pedagogía”. Pág. 2.
[e] Frases de Jean Jaques Rousseau. Recuperado de: http://www.proverbia.net/citasautor.
[f] Sartre, J. Paul.  “El existencialismo es un humanismo”. Pág. 6.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

EL FIN DEL MUNDO

Según algunos teóricos fanáticos de las explicaciones basadas en algunas profecías brindadas por algunas mentes brillantes en su tiempo y que en su momento arrojaron luz sobre el comportamiento y la naturaleza humana (si es que el ser humano posee algún tipo de naturaleza). De acuerdo con estas explicaciones, el mundo se acaba en un par de días.
Supongamos por un minuto que es cierto, que el mundo se va acabar; en el peor escenario posible, preguntémonos ¿por qué se va a acabar el mundo? Sabemos que actualmente vivimos en un mundo francamente decadente (y no quiero ser pesimista), es cierto, vivimos en un mundo repleto de privilegios, comenzando por los grandes avances de la era industrial hasta llegar a los beneficios de la era tecnológica en la que vivimos hoy y, que como ya lo he dicho, nos han conducido a un progresivo avance en lo que a los procesos cognitivos se refiere, nuestro desarrollo de consciencia a sido escaso, es más, nos hemos abandonado.
Regresando al tema que nos ha traído a esta exposición, digamos que para muchas culturas el mundo llegó a su fin, no el día en que cayó un meteorito o se vieron arrasados por un tsunami, sino el día en que llegaron a un punto tal, que su sistema de creencias y su ideología ya no era suficiente y no era capaz de adaptarse a los cambios y retos que les presentaba el mundo.
Actualmente, estamos viviendo en una era de globalización que debemos aprovechar para no quedarnos atrás y enfrentar nuestra propia decadencia; es responsabilidad de cada uno de nosotros hacer frente a los cambios que nos ofrece el mundo y mirarnos de cara al año que se aproxima, porque el mundo no se acaba en una fecha determinada, sino que se trasforma todos los días.

lunes, 3 de diciembre de 2012

La Tecnología vs la Escuela



Desde la década de los 60's han surgido algunas corrientes críticas con la escuela que señalan la complicidad que tienen los intereses y los valores de la sociedad capitalista y su función de adiestramiento y reproducción cultural de las relaciones desiguales en lPara que de esta sociedad. La teoría de la desescolarización es debido a que la escuela separa a las personas de su propia capacidad de aprendizaje para que dependa de la autoridad de las instituciones. Según esta teoría, se incita a considerar la educación como producto de consumo y se hace pensar a la gente que solo podrá llegar a ser alguien si certifica el aprendizaje obtenido a lo largo de su educación académica. 

Debido a esto algunos teoricos proponen invertir las instituciones poneidno al servicio de las personas la tecnología y sus recursos. Es el caso de algunos autores como Siknner con Tecnología de la enseñanza, McLuhan con su propuesta de Transformaciones en la vida y los medios de comunicación mundiales, Castells y sus Flujos, redes e identidades y Coll con la Psicología de la educación virtual. Para que de está manera la escuela sea remplazada por unidades descentralizadas que puedan estimular la convivencia y que no tengan un carácter obligatorio, aparte de que también garanticen información y aprendizaje útiles para la vida cotidiana.

Es así como el aprendizaje autónomo podría gestarse en una nueva sociedad, lo cual sería el inicio de una autentica educación en la que se busca que todos los que tienen accesos a las tecnologías la ocupen como un medio para adquirir aprendizaje y no solo la escuela.

Pedagogía ambientalista: una realidad





El tema de los condicionantes físicos, susceptibles de incidir en la formación del individuo se ha constituido en una línea de desarrollo de la pedagogía ambiental. Esta orientación tiene un objetivo tecnológico el cual esta dirigido a la construcción y ordenación de espacios que contribuyan al alcanzar objetivos formativos e instructivos. En estas aportaciones es posible resaltar los trabajos que han realizado Paulo Freire con su texto Pedagogía de la autonomía y Moacir Gadotti con su trabajo de Pedagogía de la tierra, en los cuales han contribuido a trazar unas líneas de investigación pedagógica sobre las relaciones entre la educación y el medio construido, lo que ha generado que el espacio escolar dejara de ser un tema de organización  pasando a ser objeto de investigación y acción pedagógica. 
Fue más o menos por la década de los sesenta y principios de los setenta cuando hubo un deterioro muy notable de las estructuras físicas de la biosfera por lo que esto genero una necesidad de tomar medidas urgentes para poner freno a lo que estaba sucediendo. Entre estas medidas que se tomaron en cuenta está la estrategia educativa que estaba dirigida a facilitar conocimientos, actitudes y valores que posibiliten una actitud más racional del hombre sobre su entorno.