jueves, 20 de diciembre de 2012

LA FORMACIÓN Y LA AUTOFORMACIÓN


Si pensamos en el hecho de que el objetivo principal de la educación es la integración del individuo a la sociedad,, y en ese sentido, la educación requiere de diversos elementos para llevarse a cabo; por ejemplo, la educación requiere de un ambiente propicio para lograr que los “nuevos miembros de la sociedad”(los niños) puedan crecer de una manera sana y con las condiciones necesarias que más tarde lo llevarán a convertirse en un hombre o en una mujer que sean útiles y cooperen en el desarrollo de la sociedad.

Al hablar de educación, sería preciso que tomemos en cuenta que no sólo se trata de la transmisión de conocimientos y el desarrollo de habilidades para que el niño y el joven puedan ser parte de un proceso de producción, en el que se  busca cubrir las necesidades básicas de una sociedad, habría que pensar también en la formación, pero no solamente como aquella que nos hará vivir en armonía con los demás, sino en aquella que a mi parecer, nos proporcionará las herramientas con las que más tarde construiremos nuestro propio criterio, con el cual, estaremos en posibilidad de distinguir lo que nos es útil y lo que nos satisface como personas de lo que pudiera influenciarnos a ser “simples esclavos de la voluntad de otros”.

Desde el punto de vista de muchos educadores, la educación y la formación son dos cosas que están estrechamente ligados. Para facilitar la comprensión de estos dos conceptos, tomaré en cuenta la concepción de Gadamer, quien decía al respecto de la educación lo siguiente:

 

“Gadamer evita deliberadamente enfrentar “los problemas entre la juventud, sus preceptores, maestros y padres”. Es decir, los problemas cotidianos

que ocupan y han de enfrentar todo tipo de educadores.

Ello encuentra su justificación en lo que implica la tesis misma: que uno se educa a si mismo significa que el llamado educador participa sólo con una modesta contribución”[1].

 

Ahora bien, si tomamos en cuenta este concepto, de que la educación es una labor en la que el educador sólo tiene una pequeña participación dentro de la educación de los individuos y que ésta es un proceso en el que uno se educa a si mismo, entonces estaríamos diciendo en el caso de la formación, que nadie puede formar a otra persona, puesto que cada persona de acuerdo a su entorno y a la interacción que tiene con los demás, forma su propia percepción del mundo, única y que definitivamente si necesita de la ayuda del educador para poder llegar a obtener las herramientas que lo harán integrarse a la sociedad, pero que no lo harán  “a imagen y semejanza del otro”.

Gadamer además, nos explica que la formación esta estrechamente vinculado a las ideas de enseñanza, aprendizaje y competencia personal; significa también la cultura que posee una persona como resultado de su formación en los contenidos de la tradición de su entorno. Se refiere tanto al proceso por el que se adquiere la cultura como al patrimonio personal del hombre culto (también llamada” educación  liberal”), es decir, al conjunto de sus experiencias de aprendizaje[2]. Con esta explicación del concepto de formación, nos es posible llegar a la conclusión de que la formación del sujeto (hombres y mujeres) es un asunto personal y que, mediante el proceso de educación, con la ayuda de padres y maestros, el niño o el joven son capaces de desarrollar sus habilidades y sus ideas y conceptos sobre lo que le rodea, además de permitirle convivir con los otros de manera sana y respetuosa, así como alcanzar su identidad y finalmente llegar a obtener su libertad. Otro de los puntos importantes acerca del pensamiento de Gadamer, es que dice que no es posible llegar a formar, la formación es un trabajo reflexivo, en el cual el individuo debe apropiarse de lo que el educador le ofrece, y en tal caso, debe reflexionar sobre ello.

Por otro lado, y entrando en el terreno de la pedagogía, G. Ferry nos habla de que “el trabajo de educador, consiste en tener una gran paciencia. Sus resultados, por mucho que se puedan constatar, se aprecian a largo plazo y se valoran de acuerdo con criterios discutibles que a la vez son testimonio de efectos con frecuencia paradójicos…[3]

Con lo anterior, lo que Ferry nos indica, es que no es fácil para el educador intervenir en el pensamiento y los conocimientos de otra persona, ya que se requiere de mucha paciencia para poder no cambiar lo que ya se tiene, sino “moldear” ese conocimiento y darle la oportunidad a la persona de que reflexione acerca de él y pueda enriquecer lo que ya sabe e integrarlo a su vida. Por otro lado, menciona que el trabajo del educador en muchas ocasiones, quizá no se aprecia como debería, pues los resultados de su labor no se reflejan de inmediato, sino que tal vez después de varios años o con la acumulación de experiencias por parte del individuo, es cuando puede comenzar a dar muestras de algún entendimiento anterior, pero esto se lograría como dice Gadamer después de haber pasado por un trabajo reflexivo.

No es de extrañar que en la mayoría de las veces, la labor de la pedagogía sea cuestionada al igual que muchas otras ciencias, y es que desde mi punto de vista al no ser una disciplina que genere resultados inmediatos en los alumnos, me parece que muchas veces es descalificada al igual que otras ciencias sociales, pero sin embargo, la pedagogía junto con otras ciencias sociales es de las ciencias que mayor valor tienen en cuanto a su labor reflexiva más que teórica.

Continuando con nuestro tema, Ferry  hace referencia en el texto a Gaston Mialeret al citar lo siguiente:

 

“se trata claramente en ello de una pedagogía experimentadle carácter científico que produce por la vía de la experimentación cuidadosamente estudiada, y por encuestas conducidas objetivamente relacionadas  con los problemas de la pedagogía y de la enseñanza, susceptibles  de ser medidas y controladas con exactitud cuando se recurre a los métodos de las ciencias y, en particular, a la estadística”[4].

 

Con respecto a lo anterior, si bien es cierto que no todos los individuos somos iguales, es posible reconocer ciertas similitudes en nosotros, que pueden posibilitar la intervención de la estadística como método de la investigación científica y, de esa manera, puede permitir la medición y el control en ciertos procesos de la educación.

En otro orden de ideas y continuando con el asunto de la formación, Ferry coincide con Gadamer al afirmar que ésta es un trabajo sobre sí mismo, así mismo, insinúa que la formación tiene que ver con la conquista del ser humano sobre sí mismo, es decir, que sea capaz de apropiarse de sus objetivos, sus acciones y su conducta, y de esa manera, podrá contribuir en el desarrollo de la sociedad, y no sólo eso, sino que además podrá reconocer el valor de los demás y el de sí mismos.

El concepto de formación tal y como lo describieron Gadamer y Ferry, a la larga y luego de lograr el control sobre nuestra forma de actuar, pensar, etc., nos llevan a pensar en el concepto de la autoformación, la cual es descrita por teresa Yurén y sus colegas como un proceso que puede darse dentro de diversas asociaciones (socioeducativas, políticas, religiosas, etc. ) puesto que como nos vuelve a mencionar Gadamer La educación acontece como un proceso recíproco natural que “cada cual acepta siempre cordialmente procurando entenderse con los demás”. Quien escucha al otro escucha a alguien

que tiene su propio horizonte.13 Sólo al escuchar al otro se abre el verdadero camino para vivir la solidaridad[5]. Esta última idea, me deja pensar que la formación no es un asunto que se pueda dar de forma individual (o por lo menos no como se verá más adelante) , más bien se trata de un proceso continuo, en el que todos (la sociedad en su conjunto) intervenimos al compartir elementos tales como la cultura, las artes, etc. Como ya se ha argumentado, la formación requiere una ardua labor reflexiva, y por lo tanto responsable; la autora en este punto, nos dice que al obtener esta actitud reflexiva, “el sujeto no halla su fin y su misión en el sistema tranquilo y ordenado… su justificación está… en el mundo presente que es una cáscara que encierra algo distinto; es un individuo; es un individuo insatisfecho, inquieto, capaz de renunciar a la cultura y a las instituciones dadas, así como a las verdades ya acabadas, para iniciar su formación en una nueva etapa”[6]. Esto nos indica una vez más que esría indispensable para la formación de todo ser humano, que durante todo el proceso de la educación y principalmente en la sociedad en la que nos desenvolvemos, contar con los elementos que nos puedan ayudar a formarnos un criterio que nos haga reflexionar y tomar sólo aquello que nos beneficia realmente, y que nos de la posibilidad de distinguirnos de los demás.

Pr últiomo y para cerrar este ensayo, me gustaría citar un fragmento del artículo Psicología de las masas (S. Freud, 1912) y el cual nos habla de que a pesar de que somos seres individuales, siempre estaremos hablando de una sociedad:

 

 

“La oposición entre psicología individual y psicología social o colectiva, que a primera

vista puede parecernos muy profunda, pierde gran parte de su significación en cuanto la

sometemos a un más detenido examen. La psicología individual se concreta,

ciertamente, al hombre aislado e investiga los caminos por los que el mismo intenta

alcanzar la satisfacción de sus instintos, pero sólo muy pocas veces y bajo determinadas

condiciones excepcionales, le es dado prescindir de las relaciones del individuo con sus

semejantes. En la vida anímica individual, aparece integrado siempre, efectivamente, «el

otro», como modelo, objeto, auxiliar o adversario, y de este modo, la psicología

individual es al mismo tiempo y desde un principio, psicología social, en un sentido

amplio, pero plenamente justificado”[7].

 

 



[1] Gadamer, Hans G.  Conversar para aprender. Gadamer y la educación. p 12 http://portal.iteso.mx/portal/page/portal/Sinectica/Historico/Numeros_anteriores05/023/23%20Luis%20Armando%20Aguilar-Mapas.pdf
[2] Ibíd. p 12
[3] Ferry, G.  Discurso teórico práctico de la pedagogía. P. 17.
[4] Mialeret, Gaston en Ferry, G. Discurso teórico práctico de la pedagogía. P. 27
[5] Gadamer, Hans G.  Conversar para aprender. Gadamer y la educación. p 13 http://portal.iteso.mx/portal/page/portal/Sinectica/Historico/Numeros_anteriores05/023/23%20Luis%20Armando%20Aguilar-Mapas.pdf
[6] Castañeda, Adelina. Navia, Cecilia. Yurén, Teresa. Formación, distancias y subjetividades: nuevos retos de la formación en la globalización. pp. 159- 161
[7] Freud,Sismund. Psicología de las masas. P. 1. 1912.

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