viernes, 8 de junio de 2012

EDUCACION LIBERADORA

El hombre merece ser educado. De todas las criaturas vivas, el ser humano, con su increíble ingenio y su innata libertad, necesita de la educación para poder convertirse en un ser completo.
La protección a este derecho, es fundamental y casi tan importante como la propia libertad; una libertad que ha sido protegida y alientada desde años inmemorables y que cobra mayor fuerza cuando se trata de situaciones en las que la libertad se ha visto amenazada como es el caso de los grandes cambios sociales llamense revoluciones, guerras, etc.
A pesar de que actualmente no vivimos un conflicto armado propiamente dicho, no puede pasar desapercibido el hecho de que estamos inmersos en una época donde cada vez se hace más necesario y urgente, emprender un cambio en la educación tal y como Ferrer o milani lo emprendieran alguna vez al proponer un modelo de educación revolucionaria donde el alumno fuera capaz de desarrollar un criterio propio, que le permitiera alejarse de los convencionalismos impuestos por la sociedad y donde además, pudiera sentirse parte esencial de la nación y un elemento fundamental para poder aportar algo a esa nación y ayudar a la resolución de los problemas que de ella emanan.
Para los tiempos en los que vivimos, el artículo 3° constitucional, representa un factor que debe tomar una mayor trascendencia dentro de la sociedad mexicana, puesto que los tiempos que corren, nos obligan a tener en cuenta que tanto los planes educativos como los programas por asignatura, deben de adaptarse a las necesidades que emanan de los alumnos como conjunto, pues de tomarse en cuenta, que el pedagogo, trabaja con un conjunto de individuos que si bien tienen necesidades distintas, también comparten muchas de esas necesidades, las cuales pueden servirnos de puntos de apoyo para empezar a reformar las condiciones que rodean el sistema educativo, así como emprender la búsqueda hacia una mayor equidad e igualdad entre los miembros de esta micro sociedad.
Por otro lado, desde mi perspectiva, últimamente a surgido con mayor fuerza el hecho apremiante de una formación ciudadana, donde aprendamos a respetar tanto los derechos propios como los derechos del otro y esto, sólo puede ser posible si aprendemos a convivir con los demás.
El educando tiene en sí las herramientas necesarias para poder desarrollarse adecuadamente dentro de la sociedad pero, si ésta acción es reprimida e incluso castigada por la rigides dentro de los planes y programas escolares, la acción educativa pierde su razón fundamental de ser. Es por ello que es tan importante prestar mucho mayor atención al artículo 3° hoy más que nunca, en especial, en lo que se refiere a la parte del desarrollo humano.

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