EL IDEAL DE LA EDUCACION

En un proceso de globalización como el que vivimos actualmente, donde cada vez podemos sentirnos más cerca de los otros y tenemos mayores oportunidades en todos los aspectos (laboral, académico, etc.) uno pensaría, que los ideales de igualdad, comunidad y libertad, podrían tener un mayor auge dentro de nuestras sociedades; sin embargo, esto parece ser al contrario, puesto que a medida que el hombre emprende nuevos y más sofisticados caminos hacia una vida mucho menos complicada y cómoda.
No obstante las inumerables comodidades que nos ofrece la globalización, parece que lejos de acercarnos, éste fenómeno nos vuelve cada vez más individualistas (o nosotros ya éramos así). Lo mismo pareciera estar pasando con la educación, puesto que podemos observar que, principalmente en los niveles de educación básica se da esta segregación entre aquellos grupos que cuentan con mayores recursos y que por ende, tienen mejores calificaciones y, aquellos que no pueden tener acceso a ellos tan fácilmente o simplemente no les es posible. Esto por supuesto, hace aún más notorias las diferencias entre el nivel socioeconómico de unos y el sociocultural de los otros.
Por otra parte, el hecho de ver tan marcadas estas diferencias, nos muestran que la escuela es quizá uno de los lugares donde podemos verlas más claramente (por ser el lugar donde comienza a desarrollarse la vida en sociedad) y donde se requiere un trabajo mucho más profundo para poder tratar si no de erradicar, sí de corregir aquellas conductas que generan la violencia y la desigualdad tanto en alumnos como en maestros.
Ante una realidad como la que se vive actualmente, la mejor forma de poder hacer frente a los retos que nos presenta la sociedad, la solución esta en dar a la educación ese sentido tanto científico como humanizador donde, además de la preparación correspondiente al caracter propiamente académico, sino que también de impartir una educación que permita al estudiante ser crítico, reflexivo y acertivo a la hora de emprender alguna acción; siempre tomando en cuenta que el otro también es parte fundamental de tales acciones y que por lo tanto también tendrán repercusiones en la persona de ambos.